
Soy Cristina Varas López, natural de Ávila, aunque llevo desde los 4 años viviendo en Santander.
Desde muy pequeña tuve clara mi vocación: ser Maestra, y además de Infantil, pero al cumplir 18 años, mis padres me aconsejaron que estudiara una carrera superior al igual que había hecho mi hermano. Él se decantó por ser Economista, como mi padre, y es muy feliz. Y yo, estudié Derecho, aunque no fuese lo que me gustara, (los primeros años no me resultaron feos, pero en 3º cursé asignaturas desde mi punto de vista aburridas). Mi madre es Maestra, y por aquellos años me comentaba que la natalidad era muy baja, que Infantil no tenía salida, que en Santander la Escuela de Magisterio era muy mala, y que estaba repleta de gente sin vocación, además de ser una carrera con mucho paro.
El caso es que terminé Derecho, y estuve trabajando de ello. Se ganaba mucho, pero no era nada feliz. Decidí dejarlo, con el consiguiente disgusto para mis padres, pero mi madre enseguida me entendió.
Más tarde cursé Técnico Superior en Integración Social; me gustó muchísimo. Eran tan sólo dos años, y tenía un abanico muy amplio de colectivos con los que trabajar. Hice las prácticas, un año entero, en un Servicio de Orientación y Ayuda al Menor. Estuve muy feliz, me sentí realizada. También he trabajado un poco con personas con discapacidad. Obtuve el título de Monitora de Tiempo Libre, porque también me llama la atención la Educación No Reglada.
Y finalmente, me decidí. Trabajando en el mundo del Derecho, y algo amargada, pedí plaza, pero no me la dieron porque no había, así que el año siguiente me dije a mi misma, “Cristina, en cuanto se abra el plazo allá voy…”, y así fue. Sin duda es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Soy feliz cual perdiz. Ya hace dos años que he dejado las oficinas, los despachos, y las he sustituido por las aulas, los colegios…y puffffffff!!!...me siento muy realizada. Actualmente he trabajado en un Programa (P.R.O.A.) dando clases de apoyo, de refuerzo escolar, y también en actividades extraescolares. Realizo fiestas infantiles, y me he incorporado a un Proyecto Juvenil para niños/as desfavorecidos social y económicamente. Mi objetivo son las oposiciones, ser funcionaria, al igual que mi madre, y estar toda una vida rodeada de niñ@s a los que poder aportar conocimientos, valores…y poder aprender también, como no, de ell@s. Hasta ahora, en mi corta experiencia docente, he recibido muchísimo de “mis locos-bajitos”, como diría el gran Serrat, y quiero seguir haciéndolo todo lo que me quede de vida.
Desde muy pequeña tuve clara mi vocación: ser Maestra, y además de Infantil, pero al cumplir 18 años, mis padres me aconsejaron que estudiara una carrera superior al igual que había hecho mi hermano. Él se decantó por ser Economista, como mi padre, y es muy feliz. Y yo, estudié Derecho, aunque no fuese lo que me gustara, (los primeros años no me resultaron feos, pero en 3º cursé asignaturas desde mi punto de vista aburridas). Mi madre es Maestra, y por aquellos años me comentaba que la natalidad era muy baja, que Infantil no tenía salida, que en Santander la Escuela de Magisterio era muy mala, y que estaba repleta de gente sin vocación, además de ser una carrera con mucho paro.
El caso es que terminé Derecho, y estuve trabajando de ello. Se ganaba mucho, pero no era nada feliz. Decidí dejarlo, con el consiguiente disgusto para mis padres, pero mi madre enseguida me entendió.
Más tarde cursé Técnico Superior en Integración Social; me gustó muchísimo. Eran tan sólo dos años, y tenía un abanico muy amplio de colectivos con los que trabajar. Hice las prácticas, un año entero, en un Servicio de Orientación y Ayuda al Menor. Estuve muy feliz, me sentí realizada. También he trabajado un poco con personas con discapacidad. Obtuve el título de Monitora de Tiempo Libre, porque también me llama la atención la Educación No Reglada.
Y finalmente, me decidí. Trabajando en el mundo del Derecho, y algo amargada, pedí plaza, pero no me la dieron porque no había, así que el año siguiente me dije a mi misma, “Cristina, en cuanto se abra el plazo allá voy…”, y así fue. Sin duda es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Soy feliz cual perdiz. Ya hace dos años que he dejado las oficinas, los despachos, y las he sustituido por las aulas, los colegios…y puffffffff!!!...me siento muy realizada. Actualmente he trabajado en un Programa (P.R.O.A.) dando clases de apoyo, de refuerzo escolar, y también en actividades extraescolares. Realizo fiestas infantiles, y me he incorporado a un Proyecto Juvenil para niños/as desfavorecidos social y económicamente. Mi objetivo son las oposiciones, ser funcionaria, al igual que mi madre, y estar toda una vida rodeada de niñ@s a los que poder aportar conocimientos, valores…y poder aprender también, como no, de ell@s. Hasta ahora, en mi corta experiencia docente, he recibido muchísimo de “mis locos-bajitos”, como diría el gran Serrat, y quiero seguir haciéndolo todo lo que me quede de vida.
E-57816.
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